Cuando ser homosexual puede llevarte a la muerte…
Como cada mañana cuando me levanto, me hago un enorme tazón de café con leche, y enciendo mi pc para ponerme al día de la actualidad nacional e internacional. Y lo que he leído me ha dejado con las piernas flojas, y un malestar que no creo que se me quite en todo el día.
Hace unos días, Brasil se conmocionaba con la noticia de un crimen atroz. Una madre había sido detenida por la policía tras declarar haber apuñalado a su hijo adolescente, de 17 años, hasta la muerte, y luego quemar sus restos en un cañaveral, con la supuesta ayuda de su nueva pareja y padre de otro hijo de cuatro años.
Si la noticia de por sí no fuera lo bastante impresionante, más lo es lo que podría esconderse detrás. Según ella, lo apuñaló durante una fuerte discusión, en la que el joven, consumidor habitual de drogas siempre según su versión, amenazó a su hermano pequeño; asegura que fue un acto en defensa propia, desesperado por salvar su vida y la de su hijo.
Pero fijaos que ha entrado en juego la versión de un tío del joven, que asegura que el chico se tuvo que ir de casa porque su madre y su padrastro no aceptaban su condición homosexual. Itaberli Lozano, que así se llamaba el difunto, tuvo que irse a vivir con su abuela un mes antes, ya que las discusiones y enfrentamientos con su progenitora eran interminables; así que su tío no tiene dudas de que el asesinato se debió a este motivo.
De ser así, ¿qué puede llevar a una madre a matar a su propio hijo apuñalándolo varias veces? ¿Sólo saber que es gay? Si esto fuera cierto, no tengo dudas de que esta mujer va más allá de la intolerancia, debe tener alguna enfermedad mental, porque no es normal. Y para colmo, la tía sólo tiene 32 años, por dios. ¿Es que acaso se puede tener esos prejuicios a esa edad en los tiempos en que vivimos? ¿Nos estamos volviendo locos o qué?
La desaparición de Itaberli se denunció a finales de diciembre, y el 7 de enero se encontraron sus restos carbonizados en un cañaveral a las afueras de la ciudad, como he dicho. La policía inmediatamente sospechó de la madre y su pareja que fueron detenidos ese mismo día. Y aunque al principio declararon que fue un acto de legítima defensa, luego llego la confesión de la madre, que ha sido enviada a una cárcel de mujeres, quedando el padrastro detenido a la espera de una decisión judicial, como cómplice de asesinato.
Casi no sé qué más decir, sólo espero que de ser cierto el motivo del crimen, caiga sobre ellos el peso de la ley y alejen a su hijo menor de ellos para siempre. Y para el resto del mundo, que reflexionemos y nos hagamos cargo de que algo no funciona en esta sociedad, si la intolerancia puede hacer que una madre se justifique a sí misma matando a su hijo por su forma de vivir su sexualidad.